Un trago de tranquilidad ~Libre~

Había excursión a Hogsmeade. Esas salidas nadie se las quería perder. Eran legales y buenas para todos. Mis amigas, con las que había quedado, habían salido antes del colegio, ya que yo tenía que hacer unas cosas que me había pedido el profesor de aritmancia. Llegué a Hogsmeade y me puse a buscarlas, pero no había manera de encontrarlas. Tampoco me importaba demasiado estar sola, ya encontraría a alguien. Pasé por Las Tres Escobas, que estaba lleno, como siempre. Eso me quitó las ganas para quedarme en aquella taberna. Y tras pensarlo un segundo me dirigí con paso firme hacia Cabeza de Puerco. Era un lugar lúgubre y frío, pero no me desagradaba en absoluto. Allí me sentía bien.
-Buenos días -saludé al entrar a las poca personas que estaba por allí-. Un Whisky de Fuego -le dije al camarero.
Sabía que me lo podía llevar a la mesa, pero aún así esperé a que me lo pusiera y yo misma me lo llevé. Me senté en una mesa junto a una de las ventanas traseras del lugar. Aunque apenas se veía lo que había detrás de ella, ya que los cristales estaban muy sucios, como si no lo hubieran limpiado desde hacía décadas, y me parecía que era eso exactamente lo que pasaba.

Mi voz sono detras de ella.
-que haces veviendo wisky de fuego?- Le mire de forma burlona y medio sonriendo, habia venido aqui para hablar con el camarero de ciertos aspectos pero mi hermana estaba ai y no podia

Me sobresalté un poco cuando escuché la voz de Cesar desde mi espalda.
-¿Qué haces pidiéndome explicaciones? -dije girándome con una ceja levantada, aunque se notaba que bromeaba.
Di un trago a la copa sin dejar de mirarle, finalmente sonreí divertida.
-¿Qué haces aquí solo? -le pregunté, al no ver a nadie más con él.

-He venido a hablar con...un amigo que trabaja por aqui- no menti pero no ara del todo cierto
-No necesitas mas informacion-

Me encogí de hombros.
-No te la iba a pedir... Te conozco lo suficiente -comenté.
Había algo rondando mi mente. Le había dicho muchas veces a Cesar que era animaga y que me podía convertir en Shek, pero nunca se lo había mostrado, y parecía que no llegaba a creérselo. Levanté la mirada, pues me había quedado algo traspuesta, y vi que seguía allí.
-Puedes ir a hablar con él -comenté sonriendo.

Me frote el antebrazo
-No ahora no puedo- Estaba ella delante no era buena idea aparte tenia que estar vesitido apropiado

Al escuchar sus palabras le miré confusa.
-¿Y entonces que haces aquí? -pregunté.
Al momento me arrepentí estaba claro que no quería hablar del tema.
-Vale, no hace falta que contestes -dije, rápidamente.
Reí un poco, negando con la cabeza. Volví a dar un trago del Whisky. Le tendí el vaso a Cesar, por si quería.

Alarge el brazo equivocado pues las mangas me quedaban cortas y al alargar para cojer el baso no se vio mucho tan solo la cabeza de la carabela, pero yo no me di cuenta.
-Si claro, gracias-

Cuando alargó el brazo para coger el vaso vi como una mancha negra. Había sido rápido por lo que no vi bien que era.
-Deberías ducharte más a menudo -bromeé, sonriendo de lado-. ¿Qué es lo que tienes en el brazo? -le pregunté normalmente.

Mierda lo ha visto, me sente delante de ella en la mesa aciendo tiempo para pensar una mentira, me ate los botones de la camisa, odiaba tenerlos cerrado pero... era lo mejor.

-La marca de la discoteca que fui anoche-

Vi como se sentaba en la mesa, hasta ahí normal. ¡Pero luego se abrochó los botones de la camisa! Hacía mucho tiempo que no le veía hacer eso. Moví mi silla para colocarme a su lado, y le desabroché los botones que él acababa de abrocharse.
-Sino no eres tú -comenté, encogiéndome de hombros.
¿La marca de la discoteca que fue anoche? ¡Pues menuda marca!
-Ams... -murmuré, asintiendo lentamente.
No me lo creía.
-No me trates como una niña -le espeté de pronto-. Es una mala excusa para lo que sea que sea eso... pero si no confías en mi... -me encogí de hombros.
Desvié mi vista a la mesa, y de la mesa pasaba a la ventana sucia, y de la ventana de nuevo a la mesa...

Bien, emepaba con lo de no confias en mi, y su cara de corderito, que tantas veces me ablandaba, pero esta vez no esta vez por muchos ojitos q me pusiera NO iba a caer.

-Es eso, lo hicieron con magia, para q no pudieran pasarse por la tinta, sali a fumarme un pitillo y me lo pusieron, se va a las 24 horas solo-

Le miré de reojo, poniendo cara de niña buena y triste.
-Pues no tendrías que fumar -contra-ataqué.
¿Me lo creo o no? Me parecía exagerado... pero había algo que no me cuadraba... Había algo raro. Simplemente se había abrochado los botones de la camisa, y me había parecido que mientras buscaba una excusa.

Resiste esto no se lo puedes contar, contra ataque enseñarle la parte negra de la marca colaria? nose, pero esto estaba muy vacio y ahora no estaba el camarero, dudo mucho q se viera nada.
-Mira x si no me crees- Tuve mucho cuidado al quitarme los botones y subir despacio la manga dejando ver el filo de la marca q era negra, lo pare justo antes de que se viera la carabela.
-Ves como es de una disco?-

Escuché lo que decía y miré de reojo con la cabeza aún en alto, orgullosa. Vi la marca negra.
-¿Normalmente no llevan el nombre de la discoteca? -pregunté.
Al final suspiré y me encogí de hombros.
-Da igual, supongo que tendré que creerte -sonreí.

Sonrio complacido pero fallo mio me deje los botones abiertos sin darme cuenta, si le deba por levantarme la camisa, se daria cuenta.
-Deberias confiar mas en mi-

Había desviado la vista de su brazo.
-Debería... -dije asintiendo, aunque se notaba en mi tono de voz que dudaba-. Pero tú tendrías que darme razones -comencé-. Muchas veces me has mentido, "para protegerme" -dije, haciendo el símbolo de las comillas con los dedos.

Me peine el pelo con la mano izquierda, otro fallo, la manga bajo viendose la cabeza de la caravela, yo no me di cuenta pues estaba riendome de lo que hacia mi hermana

Al tocarse el pelo se le subió la manga un poco más. Definitivamente aquello no era la marca de una discoteca, aunque sí una marca. Me levanté un poco, para cogerle la mano y acabar de subirle la manga con la otra, viendo bien lo que tenía en él, al tiempo que me volvía a sentar. Cuando lo vi mi rostro cambió. Reaccioné bajándole la camisa inmediatamente y soltándole la mano. No dije nada. Estaba intentando aclarar mis ideas. No sabía que era peor: lo que quería decir aquella marca, o que por un momento había sentido al verlo que no podría volver a confiar en él.

Me quede palido al ver lo que hizo, enseguida me baje la manga del todo.
-Alysa...yo?- No sabia como explicarselo todo

Mis ojos empezaron a inundarse, aunque no cayó ninguna lágrima.
-No hace falta que digas nada -susurré, sin mirarle.
Estaba más que claro lo que quería decir aquello. Iba a continuar siendo mi hermano y iba a quererle igual o más. No sabía si quería saber porque lo había hecho.
-Pero... ¿puedo confiar en ti? -pregunté, mirándole finalmente, aun con lágrimas en los ojos, aunque en ningún momento cayeron.
No me refería a lo que hiciera como mortifago, ni a si tenía que tenerle miedo, sino a el porque me había mentido, ¿acaso creía que si me contaba aquello iba a darle la espalda?

Le agarre la cara con ambas manos y la mire a los ojos.
- claro que si, si que puedes confiar, te lo prometo- Dije con toda sinceridad
-Lo he echo solo para protegeros , porfavor no me des la espalda-

Le miré directamente a los ojos. No me hizo faltar utilizar mi poder para saber lo que pensaba y que era sincero. No por nada dicen que los ojos son el espejo del alma.
-¿De verdad crees que te voy a dejar atrás en mi vida? -le pregunté cogiéndole las manos-. Eres mi hermano, aunque digas y hagas tonterías -dije sonriendo.
Pensaba que ya muchas personas le gritarían y dirían que había sido una tontería y todo eso, ya tendría bastante.
-A mi no me hace falta que me protejas de nada. No pueden hacerme nada. Ni los mortífagos ni ningún mago -susurré-. Al final tendré que defenderte yo a ti -sonreí tiernamente-. Siempre te lo he dicho, desde que me transformé por primera vez, pero nunca te lo he enseñado, y pienso que no me crees -comenté-. ¿Crees que un hechizo tiene algo que hacer ante una paralisis y muerte cerebral? -pregunté.
Cogí su rostro con ambas manos y me acerqué a su oído para susurrarle...
-Empieza a creer que tienes una hermana mitad shek que no necesita que nadie la proteja.

Escuche todo lo que me dijo en silecio, y atendiendo a todas sus palabras.
-Hermana, necesito saber que estareis asalvo y si asi consigo que esteis protegidos por los mortifagos lo are, todo sea por ustedes-

Escuché lo que dijo. Y levanté la ceja.
-Si me hago de la Orden o auror no habrá servido de nada -murmuré cruzándome de brazos.
Di un fuerte suspiro, haciendo que mis hombros subieran y bajaran. Luego moví la cabeza quitando algunas ideas de mi mente.
-Da igual... -comenté-. Pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea, cuando sea... Cualquier cosa... De echo... ¡Quiero que me lo cuentes todo! Las misiones y cosas de esas no, obvio... pero si estas preocupado o si te quieren hacer algo por cualquier cosa... -dije, decidida.