I am Kirshta ~Libre~

No todas las personas que me conocen saben que soy animaga, y muchos de los que lo saben no saben en que me convierto. Es algo muy mío y no me gusta que todo el mundo lo sepa. Y menos transformándome en una Shek. Hay muchas personas que no creen que existan, que son mitológicos, pero en parte yo soy uno, y eso que no he visto a ninguno más. Pero de lo mucho que mi abuelo me hablo de ellos, que en una ocasión vio a una madre y sus crías, desperté una gran fascinación por estos animales, si se les puede llamar así. Cuando empecé a intentar hacerme animaga nunca pensé que acabaría logrando ser en parte Shek.

Y ahí estaba ese nudo en el estómago otra vez. Sí, de muchas cosas se pueden formar nudos en el estómago. Pero cuando me pasaba en estos casos era diferente, y entonces sabía que Kirshta ansiaba salir.

Me había acostumbrado a llamar a mi parte Shek con otro nombre, una forma más de preservar mi identidad. Alguna vez podían llegar a sorprenderme como Shek, pero no sería tan tonta de volver a mi forma humana, así que si llegaba a entablar conversación con aquel o aquella que me había descubierto me llamaría Kirshta, no sería Alysa.

Caminé rápidamente por el castillo, hasta que salí a los terrenos. Fue entonces cuando empecé a correr, sin detenerme en ningún momento, por mucho que me miraran, por mucho que me llamaran... Finalmente llegué al bosque prohibido, no paré ni un poco a la hora de internarme entre los arboles. Llevaba mucho tiempo dirigiéndome a ese lugar, por lo que ya me lo conocía de memoria. Solo disminuí la marcha cuando vislumbre el claro, y paré cuando llegue al centro. Sonreí misteriosamente antes de dejar salir a Kirshta. Segundos después donde estaba ya no se encontraba una chica de 16 años, sino una Shek joven también, obviamente... Desplegué las alas todo lo que pude y alarga mi cuerpo, antes de elevarme en el aire y subir y subir hasta pasar la copa de los arboles, pero no mucho más, en tal caso se me vería demasiado, y no era lo que quería. Bajé al claro de nuevo, y me hice un ovillo, mirando al frente sin ver nada, pensando... Me encantaba pensar cuando estaba transformada.

Estaba convencida de que era verdad lo que decían de los Sheks, que eran seres muy inteligentes. Para empezar podían hablar sin cuerdas vocales, eran como pensamientos en la mente de los demás. Si alguien piensa algo con bastante claridad pueden oirlo. Y en lo que lo notaba más era que cuando era Kirshta, cosas que no llegaba a entender siendo Alysa las entendía enseguida. Aquello me venía bien muchas veces.

Estaba sentada apoyada en el muro de la cabaña del guerdabosque observando unos gusarajos que se comian las plantas que habia alli para mi clase de Cuidado de Criaturas Mágicas cuando vi pasar corriendo a Alysa hacia el bosque, grite su nombre per ella parecia muy preocupada por internarse en el bosque cuanto antes. Recogi mis cuadernos dentro de mi bolso y fui tras ella corriendo, ni siquiera me di cuenta de que me habia internado mucho en el bosque y me habia desorientado. Vi una sombra que cruzaba el aire, ¿que podia ser? ¿Un hipogrifo? ¿o un tresthal? No podia ser un trestahl porque segun el tio Harry yo no podia verlos. Corri en la dirección por la que habia ido la criatura voladora. Llege a un claro y via a una criatura alargada y de alas membranosas que se posaba en mitad del claro y se hacia un ovillo. Parecia una serpiente gigante. Me quede boquiabierta y mirando hacia la serpiente alada. Algo me decia que no era peligrosa pero era algo intimidante. Avance poco a poco unos pasos hacia el centro del claro algo temblorosa y sacando mi varita del bolso, solo por si acaso.

No sabía como no había dado cuenta antes, quizás el frenesí del momento... pero Rose había entrado en el claro y se iba acercando al centro del mismo. No levanté la cabeza, simplemente la miré de reojo. Entonces me fijé en que llevaba la varita en la mano. Mi risa gutural sonó en su mente, cosa que alomejor le asustara o sorprendiera al principio.
<<No vas a necesitar eso, te lo aseguro>> -le dije.
Mis palabras no salían de mi boca, ya que no tenía cuerdas vocales, sino que ella las escuchaba en su mente. Se me pasó por la cabeza que quizás ya sabía quien era, o no... Solo tenía que atar cabos. La había oído llamarme segundos antes de internarme en el bosque, pero había sido incapaz de frenar mis pasos.

Me pare golpe al escuchar la voz de la criatura proyectada en...¿Mi cabeza? Trage saliva dificilmente mientras guardaba mi varita. ¿Porque la voz de ese monstruo se me hacia conocida? ¿Y donde estaba Alysa? -¿Que eres?- pregunte con la voz temblorosa y dando un paso hacia delante. Las cosas no cuadraban, una serpiente gigante en medio del bosque prohibido y mi amiga no aparecia. Aquello era muy raro y me cabeza estaba algo embotada pero aun asi hizo un enlace de ideas algo loco pero que cuadraba. Lo unico que se me ocurria era que aquella criatura era Alysa. -¿Alysa?-

Al oirle hablar la noté algo temblorosa, pero aun así dio un paso adelante. No en vano la mayoría de su familia había estado o estaba en Gryffindor, la casa de los valientes, y aunque Rose estaba en Ravenclaw seguía siendo valiente, al menos a mi parecer.
<<Soy una shek>> -le contesté, a su primera pregunta, aunque quizás no le sirviera de mucho aquella información.
Al escuchar lo siguiente que dijo me quede un poco sorprendida: lo había resuelto antes de lo que esperaba. Pero con ella no iba a ocultarme más, me había dado la confianza, y sabía que si se lo pedía no lo diría.
<<No, Kirshta>> -contesté, y tras unos segundos volvieron a sonar mis palabras en su mente-. <<Pero quizás en el fondo sí>>.

Era muy extraño oirla hablar en mi cabeza, incluso me hizo plantearme la idea de que me estaba volviendo loca por segundos. Repeti sus palabras acercandome lentamente.-Shek... Quizas en el fondo si...- Mire directamente los ojos de la criatura alada, algo me decia que eso podia ser peligroso pero tambien intuia que la tal Kirshta no me haria daño. -¿Que es exactamente un Shek? ¿Y que significa que en el fondo si eres Alysa?- Me pare a un metro escaso del Shek mientras lo miraba con algo de desconfianza y tragando saliva dificultosamente.

Cuando me miró fijamente hice una mueca, algo así como una sonrisa. No pensaba hacerle nada. Al parecer no sabía nada de los Sheks como muchas personas, así que cuando se me diera la oportunidad tendría mucho que hablar con ella. Estaba segura de lo que iba a hacer, y era contárselo todo.
<<Un Shek es lo que ves, Rose...>> -bromeé.
Levanté la cabeza, hasta que quedé practicamente estirada.
<<Los Sheks somos más que serpientes. Sí, nos parecemos, pero somos inteligentes, quizás más que algunos humanos>> -empecé a decirle, antes de contestarle si era quien ella creía o no.
Al hablar había salido todo el shek que era, me parecía raro estar hablando así, pero me había salido del alma.
<<Somos seres complejos y nos gusta aprender cosas, siempre, o casi siempre, le encontramos el sentido a las cosas>> -continué-. <<A tu pregunta de si soy Alysa o no...>> -esperé unos segundos antes de continuar-: <<...ahora mismo no me parezco mucho a ella, ¿verdad?>> -mi risa sonó en su cabeza.
Después ante toda respuesta me volví a transformas, esta vez en una chica de 15 años, delante de ella. Cuando volví a ser yo, por decirlo de alguna manera, me sentí algo rara, pero simplemente esperé a ver su reacción, sonriendo algo tímida. Siempre me pasaba: me sentía muy grande en el cuerpo de Shek y algo más insignificante siendo la adolescente que era... pero eso era solo al principio de cada transformación.

Mi mente era rapida recabando información por lo que pude entender todo lo que me decia, aunque el hecho de que tener delante a una criatura que podia matarma con un solo movimiento no me tranquilizaba en absoluto. Asenti ante todo lo que me dijo, o mas bien ante todo lo que yo oi en mi cabeza. Tenia miedo, pero no era un miedo como el que sentia hacia las arañas, si no miedo por lo desconocido y eso me asustaba porque yo no solia desconocer nada.
Antes de darme cuenta delante de mi ya no estaba la criatura gigante y mostruosa si no que estaba mi amiga Alysa. No sabia si salir corriendo a abrazarla o quedarme en el sitio. Extrañamente opté por la primera opción. Me "tiré" a los brazos de Alysa con muchas preguntas para hacerle pero de mi boca salió un simple : -Impresionante Aly.- Me separe de ella y la tomé por lo hombros mirandola bien. -¿Como...como te conviertes en eso, el Shek?- Dije resumiendo todas mis dudas en una simple pregunta.

Al verme parecía que dudaba durante un momento. Finalmente, vino corriendo hacia mi, y se tiró a mis brazos. Nos abrazamos durante un momento y luego escuché sus palabras. Me encogí de hombros, ya que yo no había elegido convertirme en Shek.
-Que soy animaga queda claro -dije riendo-. ¿Por qué me convierto en Shek? No lo sé. Mi abuelo siempre admiró a esos... animales, si se pueden considerar animales. Incluso una vez vio una hembra Shek con sus crías. Yo siempre me interesé también por ellos, siempre le preguntaba y él me contaba todo lo que sabía. Me fascinaban... me fascinan -le conté-. Muchas personas no han oído hablar de ellos, y quien sí cree que son mitológicos, que no existen, como los muggles lo creen de los dragones -solté una risita-. Pero mi abuelo los vio y lo vi en su pensadero. Y por otra parte, si no existieran no me podría transformar en Shek -añadí, sin saber muy bien que más decir.

Me quedé, literalmente de piedra mientras escuchaba su explicación. ERa extraño pero cuadraba a la perfección. -¿Sabe alguien mas que te tranformas en un Shek?- Me parecia muy extraño no haberla visto jamas con esa tranformación, una serpiente tan grande llamaria la atención...incluso en el bosque. La mire extrañada y segui exponiendole mis dudas. -¿Que tipo de poderes tienen los Sheks?- Ahora todo lo que tuviese que ver con esos animales me interesaba mucho, no sin razón ya que mi amiga era uno de ellos.

Al escuchar su primera pregunta sonreí de lado.
-Poca gente, y prefiero que continúe así -le comenté-. Mi familia... mis padres, hermanos, abuelos, algunos tíos y algunos primos -le expliqué.
Al escuchar su siguiente pregunta me dirigí hacia una raíz de un árbol que sobresalía, sobre la que me senté.
-Es bastante complejo. Seguro que me dejo algo... -empecé-. Los sheks son seres muy inteligentes, piensan en todo... Algo que a nosotros se nos puede pasar por alto o nos puede parecer complicado, para ellos tiene su lógica y piensan en todo, no suele pasarseles nada. Les encanta aprender cosas nuevas, y hasta que no lo entienden no dejan de darle vueltas -reí un poco-. He notado el cambio en eso desde que me transformo -añadí-. Si miras a un shek directamente a los ojos... puede ser lo ultimo que veas. Te pueden paralizar literalmente con ella, y sondear tu mente, la ven como una pelicula, la leen como un libro... -continué mirando al frente, cada palabra la decía con una gran admiración-. Incluso puede matarte -dije susurrando-. Los colmillos del shek tienen veneno, un veneno que es mortal casi al instante, y el único antídoto es su saliba... -me quedé pensativa-. Y creo que eso es lo más importante y no me dejo nada -dije, sonriendo.

Me sente junto a ella. Hablaba con mucha admiración sobre los sheks, parecian criaturas fascinantes y muy inteligentes. La idea de que pudiesen matar con la mirada resultaba muy escalofriante, esa sensación que habia sentido cuando mira a Alysa convertida en shek era real, podia haberme echo daño si se lo hubiese propuesto. -Es...espeluznante Aly... tener tanta inteligencia, saberlo todo de todos, Un shek podria ser un arma muy peligrosa en manos de la persona equivocada. Me alegro de que tu seas una buenas persona y jamas vayas a utilizar ese "don" para hacerle daño a alguien inocente.- dije cruzando las piernas para acomodarme y entrelazaba los dedos de mis manos.
-Entonces...supongo que podras volar, ya que tenias alas...debe ser interesante poder volar.- y con un brillo en los ojos añadi. -¿Crees que la proxima vez que te transformes me dejaras acompañarte? ¿Aprender cosas del Shek?- Mi curiosidad y mis ganas de aprender era superiores al miedo que inspiraba la gigantesca serpiente.

Asentí ante lo primero que había dicho. Yo había pensado más o menos lo mismo cuando mi abuelo me había hablado por primera vez de ellos.
-A veces me da miedo pensar que alguna vez pueda odiar tanto a alguien como para hacer que sintiera el hielo del shek -le comenté-. Y más cuando hay personas que no conozco que me parecen insignificantes y pienso que no pasaría nada si les mataba -susurré.
Cuando me preguntó si podía volar, iba a proponerle dar una vuelta, pero ella se adelanto con otra pregunta.
-Claro que sí -añadi sonriente-. ¿Quieres volar? -pregunté seguido, con una sonrisa misteriosa y divertida en el rostro.

Las ganas de saber mas se interpusieron al miedo y de un salto me levante dando una palmada. -Por supuesto que si. Debe ser muy interesante. Y tranquila Aly, yo confio en tu buen corazon y se que jamas harias daño a nadie. Las dos sabemos que tu eres una buena persona.- Dije poniendole una mano en el hombro. Queria que ella vises que confiaba en ella ya que ella habia confiado en mi mostrandome e que podia convertirse. Extendi una mano para que se levantase ayudandose con ella y no deje de sonreirle en todo el rato. Definitivamente, no daba tanto miedo como parecia en un principio, ella era mi amiga, Shek o no, sabia que podia confiar en ella.

Le sonreí agradecida por sus palabras y por la confianza que me transmitía.
-Una cosa más... Cuando sea shek llámame Kirshta por favor -comencé-. En realidad dos cosas más -continué pensativa riendo un poco-. No hace falta que hables cuando estés conmigo si no quieres... Si piensas claramente en lo que quieras decirme puedo leer tu pensamiento y escucharte -intenté explicarle.
Mientras decía esto me había levantado y alejado un poco de ella. Necesitaba espacio para transformarme. Cuando lo hice estiré mi cuerpo y di un agudo siseo, aquello era como salir de un lugar pequeño en el que apenas pudiera caminar. Agaché un poco mi cuerpo para que Rose pudiera subir.
<<Adelante>> -le animé.

Asenti a sus directrices y la vi tranformarse, era algo sobrecogedor. Al oi el siseo el suelo retumbo y mi corazón latio frenético. Vi como se acercaba y me animaba a subir. Observe el cuerpo de la serpiente, parecia resbaladizo pero firme. Pense que el mejor lugar para sentarme era detras del nacimiento de las alas y me subi con cuidado. Abri la boca para hablar pero recorde lo que me habia dicho y pensé con todas mis fuerzas. << Gracias...Kirshta>> Me agarre al cuerpo de la serpiente y espere que ella se moviese aun temblando un poco. El cuerpo del Shek estaba frio pero no me importo y debajo de las escamas podia sentir su corazón latir lentamente.

Sonreí para mi al ver como me observaba y pensaba donde ponerse. No hizo falta que le dijera nada, ella sola eligió el mejor lugar. Entonces capté su pensamiento.
<<No es nada>> -mentí un poco.
A los sheks no les suele gustar ir cargados, al menos no durante mucho tiempo, pero siempre habían excepciones.
<<Saldremos del bosque, iremos hacía las montañas, o lo rodearemos hasta el final, donde no suele haber gente>> -le comenté.
Y sin previo aviso moví las alas y empecé a elevarme en el aire. Iba recto, sin dejar de subir hasta que alcance la copa de los arboles más altos, esquivando algunas ramas y notando a Rose bien cogida a mi cuerpo. Al estar arriba me enderecé un poco para que ella fuera más cómoda y me dirigí hacia el final del bosque donde no solía haber nada, pero atenta a cualquier movimiento o señal.
<<Este verano empecé a buscar más sheks>> -le comenté-. <<Me gustaría conocer a más. Y... solo quizás tenga la oportunidad de entrar en su red telepática>> -le comenté contenta-. <<Si encuentro a alguien podrá mandarme con el gobernador de los sheks, por decirlo de alguna manera...>> -comenté, riendo-. <<Él o ella decidirá si soy digna para entrar en la red, o no... Quizás tenga que hacer alguna prueba, pero me da igual>> -acabé.

No esperaba que se pusiese vertical para empezar y me agarre con fuerza pero con cuidado de no herirla. << Perfecto >> pensé caundo me dijo a donde iriamos. Cuando empezó a volar en horizontal solte un poco el abrazo al cuerpo del Shek y observe a mi alrededor, las vistas eran preciosas y podia ver las torres del castillo desde alli.
Sin previo aviso su voz se metio en mi cabeza. Debia admitir que era una voz dulce pero que arrastraba una especie de siseo. Escuche con atención lo que me decia sobre buscar mas Sheks, unirse a su red... << Perdona pero...¿que es exactamente la red telepatica? >> Odiaba no saber algo y por eso muchas veces hacia preguntas sin parar. La voz de Kirshta parecia emocionada por la simple idea de encontrar a otros como ella y yo no pude evitar sentirme como ella, contenta y feliz.

No me molestaban sus preguntas para nada, era normal, yo también había hecho muchas en su momento. Así que simplemente me dispuse a contestarle:
<<La red telepática de los sheks, es donde se encuentran todos ellos, o un hilo de su mente...>> -comencé, buscando las palabras adecuadas-. <<A los sheks se les ve como seres muy solitarios, pero es que no necesitan estar al lado de alguien para sentirse acompañado o poder hablar con otro shek de la red. Aunque tampoco es que se sientan mal cuando están solos>> -expliqué.
Entonces recordé la historia que me había contado mi abuelo cuando me transformé por primera vez en shek.
<<Hace mucho tiempo un hombre también consiguió transformarse en shek, como yo... Le gustó tanto, amaba tanto a los sheks, y disfrutaba tanto de su transformación que poco a poco empezó a vivir más de shek que de humano. Entró en la red telepática. Al final rara vez se le veía como humano. Era como si su transformación fuera él mismo, el mago, y no el shek...>> -le conté.

Asenti, aunque sabia que ella no podia verme. Sus palabras eran mus comprensibles aunque se me hacian extrañas. << ¿Tu crees que algún dia dejaras de convertirte en humana para ser siempre un Shek? >> La simple idea me resultaba horrible, no poder volver a ver nunca más a Alysa era algo que no creia que podia soportar. Se me hizo un nudo en la boca del estomago. Me perdi en la laguna de mi imaginación pensando en como seria la vida sin Aly, sin poder ayudarnos mutuamente cuando algún hechizo nos salia mal... Trague saliva con dificultad esperando su respuesta.

Había intuido antes de acabar de contarle aquella historia que me lo preguntaría, aun así tarde en contestar unos segundos.
<<No>> -sonó limpió y seguro en su mente-. <<No podría dejar todo lo que tengo o tendré... mis sueños, mis seres queridos...>>
Por muy buena que fuera la vida de shek en ciertos aspectos, mi vida como humana me encantaba, y no podía cambiarlo todo como si nada.
<<Nadie se librará de mi tan facilmente>> -reí.
Aunque no se oyó nada, solo un siseo, y en su mente no se oyó una risa, sino que se quedó con la sensación de que lo había hecho.

Rei en voz alta olvidando que si me reia interiormente ella tambien podia escucharme. Abrace el cuerpo de la serpiente con cariño mientras la senti ondear en el aire. << Me alegro de que seas asi. No me gustaria perder a una amiga como tu. >> Mire hacia el horizonte mientras dejaba que el aire jugase con mi pelo, haciendolo volar y ondear en el aire. << Antes me dijistes que puedes leer la mente. ¿Puedes hacerlo incluso sin estar mirando a la persona a los ojos? >> No me arrepentia de mi curiosidad aunque me preguntaba si le resultaria molesta , pero no podia evitar hacer preguntas de todo lo que me carcomia por dentro.

Una mueca se formo en mi rostro de reptil, una sonrisa.
<<¿Y dejarte sola con los problemas de los hechizos mal hechos?>> -pregunté divertida.
Luego escuché lo siguiente que pensó. Sabía que hasta que no le hubiese contado todo de los sheks cada cosa nueva querría saberla, y no me molestaba, más bien me sentía orgullosa de poder explicarselo, de poder hablarlo con alguien más, y orgullosa, muy orgullosa, de lo que era en parte.
<<Quizá un shek completo, o practicando pudiera, no lo se la verdad, pero yo no puedo, al menos no hoy por hoy. Pero una vez miras a los ojos de un shek, estas a su merced hasta que él quiera>> -le contesté.
Últimamente estaba practicando para poder tener los poderes del shek incluso como humana, pero era dificil, muy dificil.

<< Creo que voy a dejar de mirarte fijamente a los ojos >> dije en broma. La idea de que conociese todos mis secretos no me asustaba en absoluto porque Aly ya los conocia todos, se los contase o no ella siempre era capaz de descubrirlos. << Seria interesante poder hacer eso cuando tu quieras, incluso cuando no eres un Shek. >> dije pensando en la de cosas que se podrian hacer con un don de ese tipo. Cosas buenas y cosas malas...muy malas. Se me hizo un nudo en el estomago nada mas de pensar en la idea de que los mortifagos que aun habia en el mundo se hiciesen con el control de algun Shek o de la propia Alysa/Kirshta.

Sonreí de lado cuando pensó lo primero. Escuché lo siguiente y me quedé un poco confusa era en lo que estaba pensando en aquel momento. Reí un poco, siseando.
<<Rose, ¿lees las mentes y no me lo has dicho?>> -bromeé-. <<Ahora mismo estaba pensando en ello>> -le expliqué-. <<Estoy practicando para ello, pero es muy dificil>> -confesé-. <<Según mi abuelo he hecho progresos, antes me cansaba más rápido...>> -dije lo ultimo como ejemplo-. <<Pero yo no veo ningún progreso lo bastante grande... Aunque supongo que es cuestión de tiempo, paciencia y trabajo>> -acabé diciendo, más animada.