Paseando por el pasillo prohibido (Libre)

Lo que llamaban "Prohibido" era más que una invitación para mi curiosidad, por lo que el Pasillo "Prohibido" no fue la excepción. Después de bajar y subir en las escaleras movedizas (en las que aún me confundia y me mareaba) por fin llegué al tercer piso y sentí como si el Pasillo Prohibido me invitara a pasar.
Solté una pequeña risa traviesa, y después de asegurarme de que nadie me veía, entré.
Estaba mal iluminado, no como los otros pasillos, pero al menos se podía ver. Mi vista estaba en el techo mientras yo caminaba, es que era demasiado alto. AL no ver al frente choqué con la espalda de una persona.
-Lo siento - me disculpé, al ver bien, pude ver que era un hombre.

*Sentí como alguien chocaba contra mí, y escuché una voz aunque no supe muy bien lo que decía. había sonado como un ''lo siento'' pero no estaba seguro. Saqué la varita y me di la vuelta apuntando a quién quiera que fuese aquella persona*
-¡Lumnos!
*Grité haciendo que el pasillo se iluminara ligeramente. Me separé unos pasos y vi que era una chica. Bajé la varita pero seguía teniéndola en la mano*
-Perdona, es que me habías asustado...
*Dije disculpándome por mi comportamiento*

Iba a levantar la vista para poder ver la cara de aquel hombre cuando una luz cegadora apareció en mi cara después de un Lumus.
-Ahh! - solté un gritito al quedarme por un momento ciega por la luz. Después de que apartó la varita de mi cara me sobé los ojos.
-Está bien - solté una risa, aquella situación me había dado risa.
-Soy Emily Lestrange - me presenté para aligerar la situación.

-Agustin Mitchell.
*Me presenté mientras la mirada algo extrañado ya que se había reído... ¿De qué se reía? Me daba igual, pero me extrañaba. Entonces me di cuenta de que su apellido era Lestrange, y eso me recordó a Bellatrix Lestrange, una bruja muy peligrosa que se fugó de Azkaban, según se contaba. Sería pariente de la tal Bellatrix*
-¿Qué haces por aquí? Se supone que esto está prohibido.
*Pregunté mirándola con los brazos cruzados y haciendo que mi varita conjurara un hechizo en el que la luz estaba arriba, no en la punta de la varita. Volví a meter la mano en mi bolsillo para depositar la varita en él*

Me pusé en su misma posé y dije:
-Bueno, lo mismo para usted, señor Mitchell - dije sería, pero bromeando. Me deshice de esa pose y camine por el pasillo viendo todo.
-Qué? Eres prefecto? - pregunté con una sonrisa.

*Me quedé mirándola y negé con la cabeza*
-No. Además, las normas no van conmigo... Para mí lo Prohibido es como un... ''Adelante, pasen y vean''.
*Dije con cierto tono de humor. Vi como se paseaba por el pasillo y sonreí de medio lado*
-¿Y tú? Yo te pregunté antes y todavía no me has respondido...

Sonreí más cuando dijo aquello, y respondí su pregunta, parandome de golpe:
-Yo pienso exactamente lo mismo - dije lenta y suavemente. Lo miré por unos segundos y después seguí caminando hasta llegar de nuevo delante de el.
-Y dime, Agustin, ¿tienes hermanos aquí? - pregunté para sacar un tema. Tal vez quería hacerme su amiga, y yo no era mucho de esas de ser amable, pero debía intentarlo.

-Desgraciadamente, sí.
*Respondí pensando en mi hermana Rachel. Rachel, era simpática a su manera, pero no sabías con que te podía salir. Algunas veces te respondía muy bien pero otras, te responde de una manera que te preguntas ''¿Qué le hice?''. Supongo que su carácter era debido a que er auna niña de mamá y papá: vamos, que estaba mimada*

Reí un poco por su respuesta.
-Por qué esa respuesta? - sonreí de lado y moví un poco la cabeza - Ya me gustaría a mi tener hermanos normales - lo miré y agregué - o bueno, casi normales. Pero supongo que ningún hermano es así.

*Torcí el gesto*
-Mi hermana es una niña mimada... No sabes como te responderá. Unas veces está en plan de buena y otras en plan de mala... Además, que yo sepa, ella hace solo una cosa insignificante y la alaban y todo... Yo hago algo mejor, y lo único que me dicen mis padres es un ''Muy bien''.
*Miré al suelo y suspiré*

Lo miré un poco y suspiré también, apoyé mi mano en su hombro.
-Al menos tienes unos padres que te felicitan, poco, pero lo hacen - sonreí medio melancolica. Cuanto extrañaba a mis padres; si, ellos eran los mejores Mortífagos que Voldemort había tenido, pero querían a sus hijos, y eso era lo que más me importaba.

-Lo siento.
*Dije refiriéndome a lo de sus padres*
-¿Tú tienes hermanos?

Negué con la cabeza, por las dos cosas.
-Creo que están mejor muertos que vivos, tu entiendes - dije refiriendome a que mis padres seguramente ahorita estuvieran en Azkavan. -Y si, si tengo hermanos, dos no están aquí, mi hermana es MediMaga pero casi siempre anda por el castilo y mi mellizo también está aquí - dije sonriente.