Nuevo curso escolar (Roxanne)

Si había algo que detestaba más que ser despertado en cualquier momento del día, era tener que viajar incontables kilómetros (me importa un bledo que fuese a través de la red flu) para ir a comprar el material escolar. No me agradaba en absoluto, no disfrutaba en lo más mínimo de sus beneficios. ¡Es que no los había! Todo era para torturarme en las clases durante el curso. Pero después de todo, no lo podía evitar. Tenía hacerlo de todas formas.

Así que ahí estaba yo, entrando a Flourish & Blotts en busca de los nuevos libros. Los de su hermano no le valían, pues los libros cambiaban cada tres años (a veces eran ediciones de otros ya usados anteriormente) y los de Thurston tenían diez años mínimo.

Ding, ding.

Me giré al escuchar la campana de la puerta, para ver si veía a alguien conocido entrar a la tienda. Sonreí levemente al ver a Rox. Era dos años menor que yo, pero éramos muy buenos amigos. Aunque de cuando en cuando me daba gracia hacerla de rabiar.
-¿Qué hay, renacuaja?- exclamé.

Escuché la palabra "renacuaja". Podía haber ido por cualquiera de las niñas pequeñas que por allá estaban, pero de un modo u otro supe que quien lo había dicho había sido Reed. Rodé los ojos y resoplé al reconocerle. Se me quitaba el malhumor al estar cerca suyo. Fui hasta el, era más alto que yo, por supuesto, y le abracé por la cintura, levantándole del suelo.
—Hola hermano oso!

Sí, había reconocido mi voz. ¡Cómo no! Me llamó hermano oso. Lo cierto es que no recuerdo de dónde se había sacado el mote, ni cuando empezó a llamarme así. Pero lo asombroso era la fuerza que tenía. ¡Era capaz de levantarme del suelo! (Había que tener en cuenta que yo también era bastante delgado.)
- ¿Qué tal has pasado las vacaciones? - pregunté como pude. El año que viene ambos empezaríamos con exámenes fuertes, según me acordé. Ella tendría los TIMOs y yo tendría que examinarme de los EXTASIS. Mala cosa, no tendríamos tanto tiempo libre como el año que teníamos por delante.

Rodé los ojos, ante su pregunta.—¿Cómo quieres que las pase si convivo con el inútil de turno llamado Fred, que se dedica a despertarme cada mañana muy temprano?—le respondí, a modo de pregunta.—Fueron aburridas, no hay demasiado que hacer por estas fechas, todo el mundo está con su familia y eso... ¿y tu?

Me llevé las manos a los bolsillos. Vaya, tener hermanos para eso... Al mío ya casi ni le veía el pelo. Normal, estaría por la parte muggle de Londres intentando averiguar para qué funciona una tatosdora.... totasroda... tostaroda... ¡bah!
- Bueno, ¿no todos los días debieron ser aburridos, no? - Hice una pausa. Después le contesté a su pregunta. - Las he tenido mejores, pero no han estado mal. Fuimos a Irlanda a visitar mi familia materna.-

Sonreí, el había tenido unas vacaciones en "familia". Yo odiaba las vacaciones en familia, excepto si eran con el tío Ron, que era muy enrollado. —Veo que viniste a comprar libros...

Sí, bueno, eso estaba claro. Si no, ¿qué iba a hacer allí? ¿Jugar al frisbee con los libros? Asentí, de mala gana. El simple hecho de tener que comprar material escolar significaba que ya quedaba poco para empezar el colegio. ¡Qué pocas ganas!
- Los de mi hermano ya no me sirven. Los editaron hará un par de años, asi que tengo que comprarme los nuevos.- Entorné los ojos, fastidiado.

—Pues te pasa como a mi. Además, que si usase los de mi hermano, seguro que me morderían.—le dije, muy seriamente. Fred tenía la manía de hechizar sus libros

((Perdón por la tardanza))

La miré sorprendido, con las cejas alzadas. ¡No me esperaba que Fred fuese de ese modo! O eso, o sabía disimular bien con aquella expresión una broma. Ladeé la cabeza, extrañado.
-¿Hablas en serio?- pregunté.

—Por supuesto! La última vez que intenté coger prestado un libro suyo, tuve que desalojar mi cuarto y esperar a que el bicho se calmase por que me quería comer o algo...—le conté, muy en serio. A veces la gente pensaba que Fred era un angelito o algo así.

Es normal que los hermanos se peleen, y que de vez en cuando se hagan de rabiar el uno al otro. Aunque aquello de hechizar los libros era algo peor. No vi ningún rastro de broma en su rostro. Hice una mueca.
- Podrías vengarte.- Sonreí de lado.

—Ya lo hice, aunque creo que tía Hermione le devolvió el pelo a su color original...—comenté, con una mano en mi barbilla

Me reí. A saber las pintas de Fred, cuánto tiempo estuvo con el color de pelo, y su reacción. Hice un ademán, mostrando confusión, aunque a la vez me parecía divertido.
- ¿Qué le hiciste exactamente?-

—Tu sabes... ¿Ese color que es como rosa pero que ademas de ser brillante, reluce en la oscuridad? Parecía una luciérnaga...

¡Oh, no! ¡Eso no! ¡Llega a hacerme a mí eso y no vuelvo a hablarme más en la vida! Empecé a reírme, imaginando a Fred con el pelo de ese color tan... em... llamativo.
- ¿¡Cuánto tiempo estuvo así!?- exclamé, riendo todavía.

Comencé a contar con mis dedos.—Um... Tres semanas?—me pregunté a mi misma-—Sí, tres semanas.

Hmm, no me gustaría tener una hermana a quien le gustara vengarse de mí de ese modo. Pero visto como una tercera persona, era bastante divertido.
- Es raro que no se hubiera rapado en cuanto se lo hiciste,- comenté, levantando una ceja.

—Si intentarlo lo intentó, pero le puse otro hechizo y no quieras saber lo que casi le cortan las cuchillas...*le comenté, sarcástica, casi se queda sin dedos (Qué pensaste, pervertido? ¬¬ xD) *Por cierto... No teníamos que comprar libros?

Esbocé una media sonrisa. Ahora sí que no me gustaría hacerla enfadar.
- Eres cruel,- bromeé. Después me recordó qué diablos hacíamos en Flourish & Blotts. Me llevé una mano a la frente.
- ¡Cierto, cierto...! - Hice una mueca. - Tengo menos asignaturas que el año pasado, así que no creo tardar mucho.- Me encogí de hombros.